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Sobre la existencia

Sobre la existencia, desde detrás de mis cejas hay más túneles que prados, más laberintos que cascadas, más ruido que canción. Y cierto regodeo en tal enroscado misterio... Una tarde, con la muerte embalsamada nos miramos a los ojos. Con sus ojos fríos, su mirada fija. Conversamos. Entablamos puentes de conversación errantes sin llegar a establecer un maldito diálogo coherente. Una sílaba tras otra cada vez más inútil e inconclusa, cada vez menos vestida de entendimiento, de suelo, de humanidad. Un tiroteo agudo de incógnitas irreverentes. Mi piel se pobló de suspiros, de rendición ante su manto negro de espejo infinito. Y con una reverencia sutil y un silencio codicioso me embriague de valentía hacia la vida... Pero, las perspectivas son más cielo y son más mar desde el centro del latido. Son paisaje. Son silencio. Son vertiente. Son canción.  Y al final, ¿No es el latido el que otorga la experiencia?

Licenciatura en equilibrio

Tu recuerdo danza en las perlas de mi memoria, me regala noches de seda en esta ciudad desierta. Saboreo la locura de nuestros cuerpos entrelazados entre retazos de día. Te atesora la alegria de haberte conocido, haberme descubierto tan efervecientemente enamorada de mi a traves de vos. De vos a traves de mi. Siendo el canto de sirenas que nos presenta ante las puertas del cielo y del infierno a la vez. Un infinito de matices donde navegamos de Norte a Sur, de Este a Oeste en una licenciatura en equilibrio. 

Intento de decima para un amor

Por las veredas de mi mente se sonrojan las flores al verte sonreír pícaramente mientras mi mirada fija te come lentamente. Por precavida con mis honores, aún no tuve el placer de convidarte la baraja de mis colores, endulzarte el oído con este par de versos, abrirte la puerta de mi universo. Pero sé que un día nuestros labios conversarán un poco más de cerca de tan cerca como quien sus cercas ya no alberga. Y correrá mi sal por tus mejillas, el vino será sangre, el cuerpo será cuerpo. …

geminis

 El cielo y el infierno en una misma palma. La posibilidad de sumergirse y expandirse infinitamente.  No existen hay verdades que no sean propias ni certezas que no emergan de la identidad de quien las pronuncia. Asi como estas palabras que emergen de mi, son un simple puñado de silabas para quien las lea. Un tironeo constante por la puja de lo que parece mas coherente, mas cuerdo, mas funcional al momento. Torres de babel partidas por los rayos del corazón.  Gurus de vidriera que se desvisten con el viento de la experiencia. La fragilidad corre como sangre en las venas del mundo letreado que caminamos. Pareciera incluso que es quien le otorgara la vida. Tan sutil y efimero como este momento. Tan profundo e intangible como tu respiración.

Es difícil hacerle honor a semejante ingeniería.

El viento despeina los andares recorridos. Entra a las esquinas donde el tiempo se estanca. Transforma, despierta, alinea. Un salto cuántico se hace canción. ¿Cuántas veces soñaste con esa habitación?  Estoy acá desde el corazón. Dice mi Ser al caminar entre hojas que se van tiñendo de otoño con el pasar de las miradas. Tu corazón ya latió unos paaares de veces mientras me veías, tus pulmones se ensanchan y se vacían danzando con el aire, miles de neuronas recorren tu columna vertebral, la sangre moviéndose por tu cuerpo y vos, preocupado por llegar a horario para tomarte el bondi que pasa por la esquina. Mira que es difícil hacerle honor a semejante ingeniería.

Un centro en conjunción

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Un centro en conjunción viaja por mareas de olas que se encrespan entre latidos. Y que divertido esto de los equilibrios. Si trastabilla la presencia, sopla más fuerte el viento, te pica el pie o queres irte a comer, la constelación de articulaciones encuentra nuevos rumbos, nuevas formas para acomodarse a la cuestión. Y probablemente no entiendas como llegaste, pero ahí te encontras. Danzando la oleada de novedad constante. Y ahí te va un poquito más poético, Cuando parece que la cresta de la ola se hace eterna, un magnetismo inercico imanta mi centro hacia lo profundo de los mares, donde lo adepto al cambio salpimienta mis días con sus profundidades. Aunque intente respirar aire fresco, de mi cuerpo comienzan a crecer aletas y escamas, por lo que mi margen de acción queda supeditado a navegar a favor o en contra de la corriente.  En el devenir de la entrega, la corriente se exaspera y en un pestañeo mis ojos se asoman a la superficie, donde la brisa marina roza mi piel salada y e...

Arde

Arde el tiempo. Y las agujas se convierten en cenizas. O en clavijas. Si, en clavijas.  El viento se convirtió en música. Las palabras condensan lo que flota en el aire. La magia. Y este par de rimas buscando compartirte un poquito de lo que recorre mi piel. Me desdibuje mientras tomaba un té. A orillas del lago. Montañas, nubes, y un montón de anhelo confluyendo. De qué? De sentirme hermosamente viva. Agradecida.